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Las Cataratas del lguazú se formaron hace 100.000 años aproximadamente, en la desembocadura de los ríos lguazú y Paraná. Sobre sus orígenes se explica en el Gran Atlas del Ipec que deben su existencia indirectamente a una gran falla geológica producida donde actualmente tiene su cauce el río Paraná. En efecto, fue prácticamente obra de la “rectificación de este río”, pues enderezó su recorrido entre los saltos del Guayra (230 kilómetros al norte de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay) y la ciudad de Eldorado (90 kilómetros al sur de la localidad de Puerto lguazú).
Este suceso natural dio como resultado que la costa occidental del Paraná quedara 30 metros más alta que la costa oriental. Sin embargo, y contrariamente a lo que se podría suponer, no nacieron así unas cascadas de 30 metros de altura, pues la actual costa paraguaya se elevó sin afectar en forma directa al río lguazú.
Lo que ocurrió fue que el Paraná socavó su lecho, a partir de entonces más blando debido a que estaba molido por el movimiento de los dos gigantescos bloques. En la búsqueda de su nivel de base, el río descendió hasta estabilizarse en pocos años unos 80 metros debajo de su anterior cota.
Y el lguazú, al no verse afectado por esta falla, vio convertida su desembocadura en una violenta cascada de 80 metros de altura. Desde entonces, las Cataratas retrocedieron 23.000 metros, desde las Tres Fronteras hasta la actual Garganta del Diablo o salto Santa María, en un recorrido muy lento debido a la dureza del basalto, al punto de que han necesitado casi 100.000 años para moverse
No obstante, el verdadero retroceso se produce por erosión química, acelerados por la temperatura de las aguas de este río de origen tropical. En el Gran Atlas se sostiene que no sólo ese río formó cataratas: varios arroyos en Misiones y Paraguay modelaron cascadas en el mismo momento, con un origen similar o idéntico al del lguazú.
Así, además de las Cataratas, otro saltos conocidos son del Moconá, sobre el río Uruguay, y los saltos del arroyo Tabay, cercano a la localidad de Jardín América; Bonito, próximo a Dos de Mayo; Juan Queirel y el Eduardo Holmberg, sobre el arroyo Alegría; el grandioso salto Paca, de 43 metros de altura, cercano al municipio Panambí; el salto Encantado, en el arroyo Cuñapirú Chico, de impresionantes 58 metros de altura; el Berrondo, a pocos kilómetros de Oberá; el Salto Capioví, entre otros de la región.

¿Cómo serán en el futuro?

En el verano de 1977-1978 y en los inicios de este siglo, se pudo observar será el futuro de las Cataratas del lguazú: casi todos los saltos quedaron prácticamente sin agua, y sólo la Garganta del Diablo mostró un caudal aceptable, ya que es la cascada y donde se da mayor erosión y el mayor retroceso. Con los años, el más cautivante encanto de esta maravilla natural irá captando mayor caudal del río, dejando a los otros saltos sin agua, poco a poco, sin que por ello el caudal del río disminuya.


La presencia de piedras en el lecho o en las inmediaciones de los cursos de agua al parecer inspiró a los pobladores para designar como arroyo Itá (piedra) en Dos de Mayo, Campo Grande, Cerro Corá y Profundidad, Santiago de Liniers, Andresito, Posadas,  Leandro N. Alem.
 Además se conforman palabras compuestas, que llegan con ello a unas 27 denominaciones, de los cuales se citan varios, como Itacaruaré (que traducido quedaría algo así como “lugar donde hace tiempo comen las piedras), que recorre Leandro N Alem, San Javier y Concepción.
También Itacaruarecito (en Itacaruaré) e  Itacaraí o Itacaray (dueño de la piedra) en El Soberbio. Itacaruaré Oriental (Leandro N. Alem); Itacarumí (como pequeño lecho de piedra) en Puerto Iguazú); Itacuá (donde abundan las piedras) en el departamento Capital).
Otras versiones son Itacurú (curú es grano y quizás también por lo rugoso) en Campo Ramón y Itacuruzú (curuzú, por cruz) en Montecarlo y Caraguatay.
Y el conocido Itaembé (piedras delgadas como labios), que recorre y forma parte del límite entre Misiones y Corrientes. Tiene sus variedades en arroyos Itaembecito e Itaembé chico y otro miní.
Lo contrario es Itaguazú (grande) en el paraje Cuñá Pirú, Itahú (piedra negra), Itapé (camino de piedras), en Concepción de la Sierra y otro en Libertad.
No pueden quedar afuera Itapirú (delgadas piedras) en El Soberbio e Itapúa (traducido sería piedras con espina, pero quizás se quiera significar piedras filosas o puntiagudas).

Arroyo Chimiray y Paso Carretas

Al arroyo Chimiray, límite natural entre Misiones y Corrientes, distante a tres kilómetros del pueblo de Azara, se le comenzó a dar esa utilidad hacia fines de la década del 60. Marta Catalina Marcelina Potocki de Rendiche, en el libro “Azara, un lugar en mi patria”, recuerda que en tiempos de arribo de los inmigrantes eslavos, el lugar en que actualmente se encuentra el balneario se denominaba Paso Chimiray, mientras que unas cuantas decenas de metros aguas más abajo se encuentra el llamado Paso Carretas, que es por donde transitaban las carretas de los pobladores junto a sus bienes.
“Desde principio de siglo, con los primeros colonos, fue usado por éstos con diferentes fines como ser el de bañar a los caballos de tiro o usar el agua, para lavar ropa en el verano y hasta para el regadío de emergencia de los yerbales en épocas de intensas sequías”, señala el escrito.
Respecto a la etimología del nombre Chimiray, según Stefañuk en el primer tomo del Diccionario Geográfico de las Gobernaciones Nacionales, se le asigna en guaraní el significado de dientes chicos (chimi, como pequeño y rai, diente). Quien escribe este artículo observa que en realidad debería decir entonces decir “michi”-rai (pequeño diente).
A su vez, el Gran Diccionario de la Lengua Guaraní, de Dacunda Díaz, define como pequeño hijo.
Lo cierto es que, como ocurre con otros varios casos citados en este artículo, en su momento quizás se registró el nombre con algunos cambios. Es lo que sucede, por ejemplo, con el arroyo Yasu (del municipio de Libertad), que algunos autores entienden se habría querido señalar como “Yasí”, que significa luna en guaraní.

Casi la totalidad de los límites geográficos de Misiones está delimitada por ríos: el Paraná al Oeste; el lguazú, su afluente, al Norte; el San Antonio al Este, seguido luego por una línea convencional que lo une a las nacientes del río Pepirí Guazú, y por este último hasta el río Uruguay, según detalla el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) en el Gran Atlas Misiones. Precisamente, corriendo al Sureste de la provincia, el Uruguay cierra el límite internacional. Al Suroeste, en cambio, el límite con Corrientes lo conforman los arroyos ltaembé, Angico y Chimiray: una línea convencional une las nacientes del ltaembé con las del Angico, el cual es, a su vez, afluente del Chimiray, arroyo que cierra el límite interprovincial.

Ríos colectores

Misiones posee un sistema hídrico muy importante, con ríos colectores de gran porte, como el Paraná, el lguazú y el Uruguay. Alrededor de estos tres importantes cursos de agua se hallan aproximadamente 800 arroyos, de los cuales cerca de 270 desembocan en el Paraná, y 120 en el lguazú y el San Antonio, su principal afluente. Los 400 arroyos restantes desembocan hacia el río Uruguay y su afluente, el Pepirí Guazú. La mayoría de estos cauces internos nacen en el sector de las Sierras Centrales y en la altiplanicie de San Pedro, el gran centro dispersor de aguas, y desde allí bajan formando saltos y cascadas con ecosistemas de gran diversidad biológica, sostenida por la humedad ambiente propia de las lloviznas que producen las caídas.

El río Paraná

El nombre Paraná, de origen indígena, significa Pariente del Mar. Si bien su nacimiento se sitúa en la meseta brasileña, el Paraná es el río más significativo de Misiones y, muy probablemente, el más importante de toda la Argentina. El tramo que baña las costas misioneras comprende 330 kilómetros, y sirve de límite político con la República del Paraguay. Su anchura es generosa en casi todo su cauce; sin embargo, el sector de mayor holgura es frente a las costas de Posadas. En ese punto, este enorme río presenta la mayor obra de ingeniería humana sobre su tramo misionero: el Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que une a la capital misionera con Encarnación, la tercera ciudad jerárquica del Paraguay. Precisamente en Posadas, donde concluye su recorrido sobre el mapa provincial, es donde el Paraná muestra las transformaciones más sobresalientes que ha sufrido en las últimas décadas debido al embalse de la Represa Binacional Yacyretá.  El río lguazú es su principal afluente, pero de Norte a Sur podemos nombrar otros importantes, como el arroyo Urugua-í, Marambás o Grande (donde se encuentra la represa hidroeléctrica provincial más importante), con una longitud de casi 100 kilómetros.
Otros afluentes: Aguaray Guazú, Aguaray Miní, Yacutinga, Santa Elena, Apereá, Piray Miní, nacido cerca de Bernardo de lrigoyen y que posee una longitud de 80 kilómetros; Piray Guazú, de mayor caudal que el Miní; Garuhapé, Mbopicuá, Capioví, Cuñapirú, Tabay, Yabebiry, Garupá, Pindapoy Grande, Zaimán, Divisa, Mártires, Alegre, Carpincho y el ltaembé (límite con Corrientes).

Río Uruguay

Dentro de la cosmología guaranítica, su nombre significa “Río de los Caracoles” o “Río de los Pájaros”. Nace en la Serra Do Mar, Brasil. Sirve de límite internacional con ese país. Su principal afluente misionero es el Pepirí Guazú, con el que cierra el límite internacional. Es un río que no ha alcanzado su equilibrio, de lecho muy pedregoso, con numerosos rápidos y correderas. Debido a ello y a su particular sinuosidad, es navegable sólo en tramos. Entre las desembocaduras del Pepirí Guazú y el arroyo Yabotí se han formado los afamados Saltos del Moconá o Yarequitá-Guazú, de gran atractivo para turistas locales, nacionales y extranjeros, especialmente de los que buscan un turismo de aventura. Se trata de unos saltos desplegados casi longitudinalmente en el río, con caídas de agua de cinco a seis metros de altura.

Río lguazú

Es el principal afluente del Paraná y, a su vez, su tributario más importante es el río San Antonio. Su nombre, en la lengua de la comunidad mbya guaraní, significa Agua Grande. Al Norte de Misiones, este bello río sirve de límite con la República Federativa del Brasil. Unos 18 kilómetros aguas arriba de su desembocadura en el río Paraná se forman las Cataratas del lguazú, un amplio arco de tres kilómetros de extensión y alrededor de 275 saltos, separados entre sí por islotes cubiertos de vegetación y con caídas de hasta 80 metros. Los saltos más importantes son el Floriano Peixoto y el Benjamín Constant, situados en Brasil; el Unión, por donde corre el límite internacional; y los argentinos Mitre, Belgrano, Rivadavia, San Martín, Bossetti, Tres Mosqueteros y Dos Hermanas.

El Uruguay

Los arroyos afluentes de importancia del río Uruguay son los siguientes: Yabotí, Tejas, Chafariz, Tararira, Dorado, Saltiño, Alegre, Acaraguá, Ramón, Chico Alférez, Once Vueltas o Mbororé, Monje o Guerrero,  Portera, ltacaruaré, Santa María, Persiguero o Durazno, Concepción, Tunas y, ya en el límite con Corrientes, el Chimiray. Por último, las correderas típicas del río Uruguay son: Las Tejas, La Viuda, Chafariz, Tararira, Yacaré, Murciélago, Salto Roncador y Cumandaí, entre otras.
La extendida práctica de la caza en la región tiene sus tributos, al igual que numerosos animales de la selva. Cazador (tres en total) es el nombre de los arroyos en el departamento San Ignacio y De los Cazadores, en Bernardo de Irigoyen. Similares son los arroyos Barrero o Barrerito o Barreriño, en referencia a lugares salitrosos muy buscado por los animales de la selva. Suman 14 denominaciones similares en total, en varios departamentos.

El zorro regional

Están también el Aguará, el zorro de la región (en Montecarlo), el Aguaray Guazú, el arroyo grande de los zorros (en el límite entre los departamentos Eldorado e Iguazú), Aguaray Guazú norte (también departamento Iguazú) y el Aguaray Mini, o sea el arroyo chico de estos zorros (Colonia Delicia).
El Anta, también conocido como mboreví o tapir (en Dos de Mayo, departamento San Ignacio, departamento 25 de Mayo) o el arroyo de Las Antas (que incluye a los municipios de Andresito, San Antonio, Piray y Montecarlo, Campo Viera y Santo Pipó).

De leones

Quince arroyos llevan el nombre Del León (en el municipio de Caraguatay) y los restantes, denominados León, Leona o Leoncito (conocido en la zona como yaguá pitá, perro colorado por el color de pelaje). Y arroyos con el nombre de Tigre, once en total.
Arroyo del Venado, en los municipios de Montecarlo, Piray y Apóstoles. También este mismo animal tiene un tributo en Fachinal, en guaraní, como Guazupí (lo correcto sería con “s”, Guasupí).
Además hay ocho cursos de agua con el nombre de Yacutinga, y similar nombre tiene el municipio ubicado en el municipio de Colonia Gobernador Roca. Es también conocido con otros nombres vulgares (yacú-pará  o  yacú-apetí). Por eso simplemente como Yacú se encuentra el arroyo situado en El Soberbio, y hasta Yacuy.
Considerada una especie en peligro de extinción, la yacutinga es una de las más grandes y bonitas aves misioneras, históricamente muy cazada por su deliciosa carne. Similar a una gallina, su coloración es pardo-morena con reflejos azulados y la cara y la frente negras, con la corona y la nuca blancas con finas rayas negras.

La leyenda del arroyo Tigre

Una decena de arroyos surcan Oberá y localidades aledañas. En varios casos, el origen de los nombres tiene estrecha relación con los pueblos o parajes que recorren; o hacen referencia a algún lugar por el que pasan, como arroyo Ramón por Campo Ramón y el Bonito por Villa Bonita.
Otro rasgo común es la denominación en guaraní, como el arroyo Acaraguá, “lugar de las afueras”, el Yabebirí, “arroyo de las rayas”; o Tuichá, “corral”.
Entre los cursos de nombre más llamativo se encuentra el arroyo Lata, en el límite entre Oberá y General Alvear, que le debe su nombre a una antigua curtiembre que existía en la zona.
Pero sin dudas, la leyenda más atractiva tiene que ver con el origen del arroyo Tigre, que surca Campo Viera y Campo Ramón. Antiguos pobladores relataban que en las primeras décadas del siglo pasado un gran felino infundió temor, ya que atacaba al ganado y en más de una ocasión fue espantado a tiros por los colonos.
“Cuentan que el tigre era muy grande, de unos 100 kilos, y se cebó con un ternero que mató cerca del arroyo. Desde ahí andaba atrás de las vacas de la zona que iban a tomar agua al arroyo, por eso los colonos le tenían en la mira. Pero también le tenían mucho miedo”, comentó un vecino de Paraje Arroyo Tigre.
Cuentan que un antiguo productor del lugar se jactaba de haberlo matado y tener su piel colgada en la sala de su casa, exhibida como trofeo.
Otras voces opinan que el animal nunca fue cazado, sino que murió por causas naturales tras varias décadas de trajinar como un verdadero rey de los montes de la zona.

Eldorado

La Capital de Trabajo es atravesada por una  gran cantidad de causes de agua. Arroyos que con el tiempo fueron tomando los nombres de quienes fueron los primeros pobladores o propietarios de tierras en la zona.
Así, en el kilómetro 1 de la ciudad está el Salto Elena, que lleva el nombre de la esposa del fundador Julio Adolfo Schwelm. Según María Galasso, encargada del sector turístico del parque e historiadora, el fundador de la localidad fue quien homenajeó a su esposa con el nombre del salto.
Así como fue Schwelm el primero en ponerle nombre a este salto y al arroyo, otros pobladores fueron nombrando los causes de agua a su gusto, y recién décadas después la comuna los fue oficializando. El uso y la costumbre marcaron el camino para la legislación.
Galasso explicó además que en muchos casos, la comuna decidió oficializar nombres distintos al de uso corrientes de los vecinos “pero la gente igual los sigue llamando por el nombre con que lo bautizaron los primeros pobladores”.
El Elena es uno de los tantos pequeños afluentes del río Paraná, y nace a unos pocos kilómetros de la ciudad. El salto es originado por un importante desnivel en el basalto que aflora en la zona y la gruta que lo recubre parcialmente, lo transforma en un potencial atractivo turístico de características muy particulares.
Otro de los arroyos que lleva nombre de pioneros es el del salto Küppers. Ubicado sobre la calle Félix Bogado, a unos 557 metros del río Paraná. El nombre del salto proviene del propietario de las tierras donde se produce el desnivel de agua, y de allí se trasladó a todo el curso del líquido vital.
Guillermo Küppers, uno de los pioneros de la Capital del Trabajo, fue el primer propietario de esas tierras.
Antiguamente, el mismo salto y arroyo también se denominaban salto Compañía Eldorado.
En el lugar donde se produce el salto de agua se desarrolló un parque que tiene una superficie de 68 hectáreas, de las cuales 15 son de reserva natural -selva marginal, área natural protegida como “Parque Natural Municipal Salto Küpperss”-.
Allí hay dos saltos, el primero de 4,50 metros de altura y15 metros de ancho, el cual se da sobre roca natural. El segundo tiene seis metros de altura y trece metros de ancho, éste no se puede observar pues se encuentra totalmente cubierto de selva y próximo a la desembocadura del arroyo en el Río Paraná.
El parque, además del curso de agua muestra una nutrida flora, en la que se detectaron especies arbóreas nativas y otras exóticas, y también se relevaron 26 especies de orquídeas, sumando estas 1.422 ejemplares, y una considerable extensión de tacuaras a orillas del río, con 482 ejemplares. Los habitantes del parque son coatíes, osito labrador, tortugas de agua, felinos pequeños, aves de varias especies, lobitos de agua y nutrias.
Otro de los arroyos que referencia a los primeros pobladores de la localidad es el arroyo Pomar Cue, que atraviesa por el barrio Roulet de Eldorado y lleva el nombre de quien fuera dueño de un establecimiento de producción de yerba mate en la zona.

Del cause de agua a la ciudad

La ciudad de El Soberbio, localidad rodeada de cursos de agua entre el río Uruguay y varios arroyos, tienen en su jurisdicción un arroyo con dos nombres, uno en castellano y otro en guaraní.
Este curso de agua es el que le da nombre a la ciudad. Se trata del arroyo El Soberbio o también llamado Guarambocá, alma del indio en guaraní. El curso de agua nace en el municipio de San Vicente, a 34 kilómetros de la capital de las Esencias, ciudad a la que le da su nombre.
El nombre guarambocá proviene de los primeros pobladores de la región, de las comunidades guaraníes. El siguiente, el de El Soberbio, debe su denominación, según cuentan los primeros fundadores de la localidad, a la “soberbia” belleza del paisaje. El arroyo es un lugar de esparcimiento para los vecinos de la zona, ya que sobre el curso de agua se practican deportes acuáticos como la navegación en canoas o kayac.
De capangas, indios rastreadores y muertes

El arroyo Los Muertos es un afluente del río Uruguay, ubicado en el departamento 25 de Mayo, en el municipio de Colonia Aurora, y en el departamento Guaraní, en el municipio de San Vicente. En principio se lo conocía como arroyo Tararira, luego los brasileños lo cambiaron por Barra dos Mortos y finalmente fue castellanizado.
El arroyo de los muertos, es el título de uno de los relatos de Carlos Morgenstern, “El Viejo”, quien narra con suma precisión histórica la vida de los mensúes en la tarefa de yerbales silvestres y cómo pudieron haberse dado los acontecimientos que originaron este nombre.
Se menciona allí, según rescató Stefañuk, a tres hermanos de apellido Velázquez que desde la Bajada Vieja en Posadas partieron a trabajar en el Alto Paraná. Tras cuatro meses de extenuante labor, pidieron el arreglo de cuentas, pero el capanga les comunicó que sus gastos en Posadas -antes de salir-, los pasajes y cantina, podrían cubrirlos trabajando duramente otros dos meses.
“Comprobaron entonces que eran víctimas de una cruel explotación, lo cual se acentuó cuando fueron separados para realizar distintas tareas y ser así mejor controlados. En los escasos encuentros, los tres hermanos fueron tramando la fuga con otros tres compañeros. Decidieron huir en dirección al oriente para llegar al río Uruguay y cruzar al Brasil, atravesando unos 100 kilómetros de selva desconocida.
 Según el citado relato, eran acosados de cerca por cuatro capangas armados y un indio rastreador. Al segundo día, uno de los fugitivos fue mordido por una víbora de cascabel y no pudo continuar. Los otros cinco encontraron un arroyo que descendía en dirección al río Uruguay, por el cual avanzaron hasta llegar a las barrancas del mismo, siendo alcanzados cuatro de ellos por los disparos Mauser de sus perseguidores.
El quinto sobreviviente intentó atravesar el Uruguay y cuando un pescador brasileño arrimó su bote para rescatarlo, durante el intento de subir recibió un balazo en la espalda, cayendo herido al agua. El pescador lo rescató aguas abajo, llevándolo a la costa brasileña, donde el pobre hombre antes de morir le relató su drama.

Los vocablos guaraní miní (pequeño) o guazú (grande) son muy utilizados en todo Misiones para la designación de los cursos de agua. De hecho, están las Cataratas del Iguazú (aguas grandes) y los arroyos o ríos más importantes de la cuenca del Paraná tienen vocablos similares, como el Urugua-í (chico), el Aguaray Guazú, el Piray Miní, el Piray Guazú, el Garuhapé, el Paranay Guazú, el Cuña Pirú, el Yabebirí y el Pindapoy.
Lo mismo sucede también con los afluentes más importantes de la cuenca del Uruguay, como son el Yabotí Miní, el Yabotí Guazú, el Soberbio, el Chafariz, el Saltito, el Alegre, el Acaraguá y el Itacuararé.
Misiones se sitúa en el extremo noreste de la Argentina y con sólo 30.719 kilómetros cuadrados de extensión, constituye una de las provincias de mayor biodiversidad de la Argentina.
Su límite oriental son los ríos San Antonio, Pepirí Guazú y Uruguay; el norte el río Iguazú; y el noroccidental el Alto Paraná. El Chimiray forma parte de la frontera sudoriental de Corrientes y el Itaembé la sudoccidental.
La sierra de Misiones marca una divisoria de aguas. Unos 120 cursos de agua desembocan en el Iguazú - San Antonio, 400 en el Pepirí Guazú - Uruguay y 270 en el Paraná - Itaembé.
Llevan además el nombre de arroyo Grande los que se sitúan en los municipios de El Soberbio, El Alcázar, Oberá y San Pedro.
Hasta aparece un arroyo Corto, afluente del río Uruguay, en el municipio de Itacaruaré.

De Mocoi a más de quinientos

A los buenos apostadores quizás les llame la atención la cantidad de afluentes que llevan como nombre sólo una cifra, como sucede en el municipio de Tres Capones, donde se registran los arroyos número Uno, Dos, Tres, Cuatro y Seis.
En tanto, el arroyo número Cinco se encuentra, como los demás, en el mismo departamento de Apóstoles, pero en la localidad aledaña de Colonia Azara.
Hay un par con la denominación de arroyo Nueve (uno en San Pedro y otro en el municipio de Alba Posse).
También tiene la denominación Mocoi (dos en guaraní) un arroyo emplazado en el municipio de Garuhapé.
Las cifras sirven, a su vez, para determinar el kilometraje original, como sucede en la ruta nacional 101. En su mayoría situados en el municipio de Andresito, los arroyos Quinientos Cuatro, Quinientos Ocho, Quinientos Once, Quinientos Doce, Quinientos Catorce, Quinientos Quince, Quinientos Dieciséis y Quinientos Diecinueve cumplen con tal fin. Se suman Diez y Dieciséis, arroyos de El Soberbio.
A ello se añade el arroyo denominado Cuatrocientos Noventa y Seis, entre San Antonio y Andresito.
Por la cantidad de lotes mensurados también lleva similares denominaciones el arroyo Ciento Treinta, en San Antonio.

Los nombres más argeles

Una palabra bien regional es argel (antipático), y así se llama un curso de agua en el municipio de San Antonio. En Posadas está el arroyo Pelado, al parecer no por falta de cabellera de sus pobladores, sino seguramente por la carencia de vegetación en el lugar.
Está además el Patotí, en Andresito. Sobre este nombre, aseguran que a la orilla del arroyo vivía una persona con pronunciada “nariz de pato”. Así quedaron bautizados el arroyo y el barrio.
También aparece Papudo, en San Pedro, no se sabe si por presumir algo o en referencia a la papada o buche.
Se destacan además Pesado, un arroyo en San Antonio, y De las Brujas, en Campo Viera.
En Montecarlo, San Pedro y Campo Ramón surca el Aterrado, y La Yeta en Leandro N. Alem.
Hay seis cursos de agua con el nombre Bugre: en El Soberbio, Candelaria, Campo Viera, Panambí e Hipólito Yrigoyen (con dos del mismo nombre). La denominación haría alusión a una tribu de indios brasileños. Se conocía de esa manera a los prisioneros esclavos tomados por los tupís.

Bicudo y Bayo Troncho

El nombre Bicudo es de origen brasileño y significa difícil, complicado. Según el profesor e investigador José Alejandro Mercanti, “realmente hace honor a su nombre”, en referencia al salto del mismo nombre.
Está ubicado a seis kilómetros del mástil de Oberá y es afluente del arroyo Grande, tributario del Yabebiry.
Mercanti, profesional de la Universidad Nacional de Misiones de la Facultad de Ciencias Económicas, hizo un relevamiento y publicó una primera parte sobre los cien saltos de agua existentes en Misiones. En ese sentido, llama la atención que en gran número, estas cascadas lleven el nombre o el apellido de los propietarios o ex propietarios, como los saltos Carlitos, Pepe, Lucía, Natalio, Paulina, Laura, Krysiuk, Zocalski, Sak y Hruska, entre otros.
En dicho trabajo, al explicar las características de los saltos, también añade los orígenes de los nombres de algunos arroyos, como el caso de Bayo Troncho, afluente del Carijo y tributario del arroyo Ramón. Explica Mercanti sobre Bayo Troncho (también el salto lleva la misma denominación) que su nombre proviene de bayo (caballo de color blanco amarillento), que tenía rota (troncha) la pata y se arrastró hasta el arroyo, donde luego murió.

Un pez grande y un puente peligroso

Quizás uno de los arroyos más mencionados en la provincia sea el Piray Guazú (pez grande). Es porque sobre este curso de agua está uno de los más peligrosos puentes existentes en Misiones. En los últimos diez años se registraron más de 50 muertes. El puente, rebautizado como Banana a raíz de su pronunciada curvatura, fue construido a principios de 1969. Los pobladores aseguran que fue diseñado de esta forma para soportar la fuerte presión del agua del arroyo, cuyo caudal terminaba depositándose a unos diez kilómetros en el río Paraná. Sin embargo, para los especialistas no tendrían ninguna consistencia tales fundamentos.
Se asegura que su forma tenía por fin evitar el derrumbe o el arrastre del puente producto de la fuerza del agua. De hecho, en el pasado, pese a su altura, que ronda los 10 metros, fueron numerosos los casos en que los departamentos de Eldorado y Montecarlo quedaban aislados a raíz de las repetidas crecientes de este arroyo.
Efectivamente, todos los aumentos del caudal fueron soportados por este puente, como no sucedía con otro similar ubicado en el actual balneario del Piray Guazú, que conecta al barrio de Santa Teresa. En lo que hay acuerdo es en que no debería haber más muertes.

Otros atractivos

Además, Eldorado tiene una particular riqueza natural y cultural reflejada en sus orígenes. De allí surgen increíbles epopeyas de sus pioneros, transformadores de picadas en caminos, montes en cultivos y progresos.
El salto Küppers es una importante área natural municipal de 68 hectáreas, donde pueden apreciarse dos saltos. El primero, de 4,50 metros de altura y 15 metros de ancho, se da sobre roca natural. El segundo, de 6 metros de altura y 13 de ancho, no puede observarse al estar cubierto de selva y  próximo a la desembocadura en el Paraná.
El salto Elena es uno de los tantos pequeños afluentes del río. Tiene  unos 10 metros de altura, originado por un importante desnivel en el basalto que aflora en la zona.


Fuente: Diario El Territorio



Desde los más pequeños insectos como ñatiú, polvorín y mbarigüí, pasando por los más diversos animales -chanchos, tigres, león, coatí, venado, saracura, tatú, gatos-, sumado al estado o la vegetación existente en el lugar como capuera o yuquerí, dan nombre a varios de los 800 arroyos de Misiones. Bonito y Bonita, son las de mayor cantidad, 23 en total y llevan esa denominación los arroyos existentes en numerosos departamentos. Les supera Itá (piedras), con unos 27 denominaciones, pero con palabras compuestas como Itahú (piedra negra). Lo mismo sucede si en sus inmediaciones la piedra es delgada (Itapirú) o grande (Itaguazú).

Hay quince con el nombre de León y otros 14 con el de Barrero, Barrerito o Barreriño.  Sucede lo mismo, para dimensionar el caudal, donde guazú (grande) o miní (chico) es uno de los más utilizados o, identificar las tragedias de los obrajeros con “arroyo Los Muertos”, o reconocer la presencia del “mensú”, y hasta si es “pelado” “papudo”, “pesado” o si provoca “susto” trae “suerte” o “yeta”, este último afluente del arroyo Tacuara, en el municipio de Leandro N Alem.

Hay un arroyo denominado Bizarro, en el departamento Concepción, municipio de Santa María. Según Marcelino Díaz, vecino del pueblo La Corita, quien se asentó con su padre en 1941 en la zona, el suizo Juan Mark, practicó la mensura de dicho pueblo y la colonia en 1942, dando el nombre de Bizarro a este arroyo por estar asentado próximo a sus nacientes un poblador de ese apellido. Miguel Ángel Stefañuk plasmó sus investigaciones en un diccionario geográfico y toponímico de Misiones de inevitable consulta para los interesados en el tema. Entre otros nombres llamativos se encuentran los arroyos Bicudo y Bayo Troncho.

Sin héroes y con miseria
Pero a excepción de algunas denominaciones, los arroyos de Misiones brindaron pocos tributos a sus héroes. Sólo puede resaltarse que a instancia de la presencia de docentes en sus inmediaciones, fue denominado el arroyo Mariano Moreno en colonia Concepción de la Sierra, y recibió similar distinción otro de los secretarios de Gobierno de la primera Junta del 25 de Mayo de 1810, Juan José Paso, también afluente de arroyo Concepción.
 Ambas denominaciones quizás se instituyeron impulsadas por educadores de la escuela número 136 del Paraje Paso Porteño.
Es de destacar un importante rescate realizado en Puerto Iguazú. Allí, por iniciativa de Luis Honorio Rolón, fue bautizado como Ramón Ayala al arroyo “sin nombre”. Ello sucedió en diciembre de 1984, rindiendo homenaje al cantautor misionero con el pequeño afluente del río Iguazú.
 Es llamativa esta falta de reconocimiento, cuando hasta del nombre de una cerveza salió el de un arroyo,  Qimperial, en El Soberbio. De paso, en homenaje por apagar la sed no podía faltar el arroyo Tereré, en el municipio de  Caraguatay.
Y se dice que la miseria tiene cara de hereje, aunque esta vez tuvo su reconocimiento. El arroyo Miseria es afluente del arroyo Soberbio, en el municipio de igual denominación. Stefañuk cuenta en su libro que una comisión de trabajos de mensura de la Dirección General de Tierras y Colonización, durante los últimos meses de 1975, trazaba la picada de casi 10 kilómetros de largo que une los arroyos Paraíso o Ipané con El Soberbio. El primer campamento se estableció a orillas del arroyo Paraíso, por entonces emplazado en selva impenetrable. Las condiciones poco favorables por las abundantes lluvias demoraban el trabajo, terminándose además la provisión de alimentos. Hasta los charquis de venado se estaban liquidando. Por eso tuvieron que salir bajo la lluvia por la picada y superar el barrial, para conseguir la provista. Luego prosiguió el trabajo en las inmediaciones y se mudó el campamento, pero los problemas continuaron. De allí surgió el nombre, Miseria, donde padecieron los obreros.

Un intendente sustituyó el Chiquero 
Cada arroyo tiene su historia, y algunas son muy conocidas. Otras se perdieron en el tiempo, aunque a veces la propia denominación habla de pertenencia y hasta de discordia. Hay quienes reniegan de algunos nombres puestos por los pioneros sólo por una conveniencia temporal. Sucedió esto en el municipio de Campo Grande con una singular resolución. “El arroyo de cuyo caudal se tomará el líquido elemento para el servicio de agua potable próximo a instalarse en esta localidad (Campo Grande), recibe el nombre de Chiquero. El nombre impuesto, tal vez por los antiguos pobladores del lugar, no solamente es poco decoroso, sino que resulta ajeno a los lineamientos de nuestro dulce y rico idioma castellano”. Por ello, el intendente promulgó con fuerza de ordenanza, el 20 de septiembre de 1978, “sustituir el nombre de arroyo Chiquero por el de Aguas Dulces.
Sin embargo, en el Departamento Guaraní, en el municipio de El Soberbio, no tuvieron inconvenientes con el hábitat habitual del ganado porcino y uno de los arroyos fue bautizado Agua Dos Porcos (agua de los cerdos). De la misma manera, se conservó el arroyo Chancho en el municipio de Apóstoles. En el departamento Capital existe el arroyo La Chancha, aunque más relacionado a la cantera y por ello, haciendo alusión a la chancha como trituradora de roca. También dentro del territorio posadeño hay un curso de agua conocido como La Curtiembre -lugar donde se ubican a los ganados previos al matadero-, actualmente conocido como Vicario.

Tres ríos
Las denominaciones de los ríos también tienen origen criollo, El Paraná (de origen indígena, significa pariente del mar); el Uruguay (río de los caracoles o río de los pájaros); y el lguazú (en la lengua de la comunidad mbya guaraní, agua grande).
Misiones tiene un total de 1.367 kilómetros  de fronteras hídricas, según detalla el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) en el Gran Atlas Misiones.

De Cruz o Cruzinha
Por muertes en las rutas o tragedias similares hay arroyos con nombres como De la Cruz, o su similar Cruzinha, en portugués, como sucede en San Vicente, Concepción y Campo Viera, o la Crucecita de Montecarlo. Por otra parte, el sobresalto de un peón al encontrarse con una víbora dio la denominación de Susto a un arroyo ubicado en Colonia Wanda.


Fuente: Diario El Territorio

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